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Testimonio

Comencé en la Fiscalía en el mes de mayo de 1978, como chofer del fiscal jefe provincial, Juan Manuel Regalado Salazar. Estuve ahí cinco años, hasta 1983. Al año siguiente fui técnico de capacitación y auxiliar de personal. En 1984 pasé a ser encargado de actividades administrativas, que se relacionaba con recursos humanos, y de 1984 hasta 1994, por diez años, estuve como encargado de actividades administrativas.

 En 1994 fui nombrado jefe de Sección de Recursos Humanos, hasta el año 2015, que vino el perfeccionamiento, entonces fui nombrado jefe del Departamento de Recursos Humanos. En el transcurso de los treinta y ocho años que llevo en la Fiscalía, próximo a cumplir treinta y nueve, los cambios han sido sustanciales después que se separó la Fiscalía de los tribunales.

En el sótano estaba la Fiscalía Municipal de Santiago de Cuba, había pocos trabajadores. En 1982 nos asignan este local, estaba bastante deteriorado, el piso era de madera. Estuvimos alquilados en el reparto Vista Alegre, hasta 1987, en que terminó la reparación y regresamos de nuevo aquí. Esto estaba en muy malas condiciones, pero se reparó. En la Fiscalía de Contramaestre había un solo fiscal que atendía Contramaestre y Tercer Frente, porque en el Tercer Frente no había Fiscalía. Hubo una época en que a los fiscales se nombraron siendo estudiantes de la Licenciatura. Generalmente eran de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y del Ministerio del Interior, se captaron y empezaron a trabajar en la Fiscalía con muy malas condiciones.

Eran trabajadores y seguían estudiando. Había fiscales que atendían dos o tres municipios, no tenían transporte ni oficinistas, a veces tenían ellos mismos que hacer los escritos a máquina. Todavía yo conservo una. El transporte se hacía muy difícil, aquí había solo dos Moskvitch, y entonces había que ir a los municipios, era titánica la labor. Ya en 1984 se empezó a mejorar el transporte un poquito. Había Fiscalías que no tenían ni servicio sanitario, con locales prestados. Después se hicieron cuatro Fiscalías de placa, y ahí empezamos a mejorar. Luego se han mejorado casi todas, tienen un confort diferente al que yo encontré cuando vine.

Las condiciones laborales son magníficas, tanto material como de atención al hombre, porque cuando llegué aquí lo que había era un esténcil. Ya, con todos los equipos de impresión, de las computadoras, eso ha mejorado mucho. Los informes los llevaba el fiscal jefe a La Habana en avión, y las muchachitas que eran secretarias, como Maritza [Hernández Losada] y otras compañeras, amanecían mecanografiando, en esa época era muy difícil.

Aquellos tiempos pasaron, y a pesar de que no hemos rebasado el periodo especial, la Fiscalía tiene otras condiciones en salario, en estipendio, en módulo de presencia, que eso antes no se veía, un fiscal ganaba 255 pesos. Después todo eso empezó a mejorar, y actualmente estoy muy agradecido de la atención que ha dado el órgano, en especial el fiscal general, que se preocupa mucho por el estado anímico de sus trabajadores y las condiciones materiales y laborales, que son muy buenas. Momentos que recuerdo… Aquí me hice militante del Partido, he visto la mejoría que ha tenido la Fiscalía. Permanecer en el órgano, porque me gusta el trabajo. Permanecer treinta y ocho años se dice fácil, pero no creo que haya muchas personas en la Fiscalía General que tengan ese tiempo, como Maritza Hernández, que es fundadora. Llegué un poco más tarde, porque después del servicio me fui para otro organismo, y después pasé para la Fiscalía, hasta este momento. Me siento muy orgulloso, porque este es un órgano que prestigia a las personas que trabajan en él, más en estos momentos, que, como decía, tenemos mejores condiciones. La familia de uno casi es de la Fiscalía, son los trabajadores, porque uno llega a la casa de noche, está un ratico, va a dormir y por la mañana para la Fiscalía. Ser honesto, que se mantenga la unidad, que en la unidad está el triunfo, y llevarse bien con los compañeros de trabajo, porque eso ayuda mucho. El respeto a los superiores, trabajar con alegría, porque eso ayuda al trabajo, porque el trabajo no mata, usted puede trabajar diez o doce horas, eso no le preocupa, pero si tiene algún problema de trabajo con su compañero o con el jefe, ya eso trae estrés laboral. Transmitirles a los más jóvenes que traten de mantenerse, esto es un buen órgano. Que aprendan, porque el que sale de la Fiscalía, sale preparado, tanto fiscales como no fiscales.

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