
Estas dos personas mantuvieron una relación estable durante casi 30 años. No importa que a lo largo de ese tiempo sufrieran incomprensión familiar, alguna que otra reacción homofóbica, rechazo. Ambos eras felices hasta que un día la COVID-19 se interpuso entre ellos.
Esta desgarrantes historia llenó el espacio del programa Familias, el cual conducido por la Psicóloga Patricia Arés Muzio, mostró cuánto daño suele hacer a las personas los estereotipos y prejuicios que laceran a la sociedad.
Tal y como reflejó el Programa, si la vida del sobreviviente se tornó insoportable fue en buena medida como consecuencia de las malas acciones de los familiares de la fallecida pareja, quienes se encargaron en todo momento de hacer gala de las más crueles bajezas humanas.
Personas que jamás aceptaron la relación e incluso se distanciaron durante todo ese tiempo, apenas vieron una brecha se presentaron en la casa para reclamar todo lo que ellos habían construido juntos.
Según Teresa de Jesús Fernández González, Coordinadora de la Red de Lesbianas, historias como estas son bastante frecuentes y están fundamentadas en el mandato patriarcal que no reconoce ni protege el amor entre dos personas del mismo sexo que deciden constituir un tipo de familia distinto al de dos personas de sexos diferentes. Son individuos con deberes en una sociedad sin derechos.
Yamila González Ferrer, vicepresidenta de la Unión Nacional de Juristas de Cuba, fue enfática al referirse a situaciones como estas: “ son personas que no tienen derecho a tener derecho , pues a pesar de haber construido una vida juntos adolecen de la posibilidad de exigirlos ante un tribunal cuando estos son vulnerados.
Claro, subrayó la funcionaria, hablamos de las posibilidades reales del código de familia vigente, pues la Constitución en vigor desde el año 2019, en su artículo 81 refrenda el derecho de cada persona a formar familia con independencia del tipo de organización escogida para hacerlo.
Igualmente, abundó, el texto constitucional aboga por la igualdad efectiva, no discrimina por sexo o identidad de género, por ello es importante la adopción del nuevo Código de las Familias que garantice la acción jurídica para todos los actores.
Hoy no es justo limitar a una persona por su orientación sexual, ni por la familia que decidió formar, aseguró la Vicepresidenta de la Unión Nacional de Juristas y contrario a lo que algunos afirman este Proyecto no afecta los derechos de quienes siempre lo han tenido, solo amplia ese derecho a toda la sociedad en respuesta al mandato jurídico votado por la población en la Constitución de 2019.
Patricia Arés consideró que todavía faltan garantías para el pleno ejercicio de esos derechos constitucionales lo cual limita a un sector poblacional hacer uso de ellos de manera efectiva, es por ello que la nueva normativa sometida ahora a referendo popular en el próximo mes de septiembre, tiene entre sus objetivos dar derechos a quienes han carecido de esos a lo largo de esta historia.